El cuidado del rostro es muy importante, y no está estrictamente relacionado con temas estéticos sino también por salud. Una buena rutina de skincare, garantiza una piel sana y saludable, pues con el paso del tiempo podremos evidenciar arrugas, manchas y otras imperfecciones que pueden aparecer por agentes externos como el frío, el exceso de calor o exposición al sol, contaminación, bacterias y células muertas, que hacen que nuestra piel no tenga el mejor aspecto.
A veces nos parece muy fácil acostarnos a dormir con el maquillaje en el rostro, no tener una rutina de limpieza o no aplicarnos bloqueador justo en épocas de verano, donde el sol está flor de piel. Pero estos son hábitos que no son para nada higiénicos, y que trae consigo algunas consecuencias como enfermedades dermatológicas entre las que se relacionan acné y puntos negros, además de los aspectos que ya mencionamos anteriormente.
Si quieres un rostro joven y radiante, que reluzca por ser saludable y lejos de aquellos aspectos negativos que tanto odiamos, te dejamos estos 5 consejos para que puedas cuidar de manera correcta tu rostro. Son muy sencillos de hacer y seguro le harán bien a tu cara.
1- Lavar tu rostro
Tanto antes de dormir como al despertar. Lavarse la cara, puede ser un gesto muy importante de belleza. Durante la noche se acumulan residuos de sudor, del ambiente del día, e incluso en nuestra propia almohada en la que podemos encontrar bacterias y otros organismos que afectan nuestra piel. Lavar el rostro ayuda a liberar los poros de la piel previniendo irritaciones, enfermedades, remover celulas muertas y residuos de maquillaje, que pueden entrar en nuestros poros y en definitiva, suaviza la tirantez de la piel.
2- Usar hielo de vez en cuando
Las bajas temperaturas pueden ayudar para que la piel se mantenga más firme y tersa pues tiene efectos antiinflamatorios increíbles. Además el hielo puede tener beneficios para tratar el envejecimiento prematuro. Si observas que cuando te despiertas o en el transcurrir del día el rostro está inflamado, puedes utilizar un poco de hielo de vez en cuando.
Lo importante es que no lo pases directamente sobre la piel, pues puedes quemarla, sabemos que tanto el exceso de calor o frio, puede quemar la piel, entonces lo que vas a hacer es envolver con una gasa o un trapo seco y pasar el hielo por tu rostro. Otro de los trucos para usar hielo en el rostro, es hacer hielos de té de manzanilla, Estos ayudarán a relajar la piel y a desinflamarla.
3- Siempre usar protector solar
A donde quieras que vayamos y así estemos en casa, siempre usa protector solar. Los rayos UV, pueden atravesar las puertas y ventanas y ser tan potentes que llegan a nuestra piel, Y que si esto sucede a diario sabemos que las consecuencias excesivas del sol pueden hacer que nuestra piel envejezca y que aparezcan manchas.
Este es un paso que no nos podemos saltar en nuestra rutina. Si tal vez no te gustan los protectores a base de crema que son aceitosos o grasosos y que no secan rápido, puedes optar por una base de maquillaje que tenga protección solar máxima, mientras maquilla tu piel y cubre imperfecciones, pero lo importante es que tenga protección de los rayos del sol.
Si te preguntas cuál es el protector facial indicado, lo más importante es que contenga fps 50+, protegiéndote de los rayos UVA y UVB.
4- Desmaquillarse siempre
Jamás por más sueño que tengas, te acuestes a dormir sin retirar el maquillaje. Este es un paso esencial, tan importante como el anterior. Puedes optar por un desmaquillante que no irrite la piel y que mientras retira el maquillaje, renueve impurezas. Lo peor que le puede pasar a tu rostro es acostarte sin lavarlo y con todo el maquillaje encima, pues será la acumulación de suciedad e impurezas, que pueden transformarse en acné y puntos negros. Y también es importante que después de que el rostro esté limpio, también lo puedas hidratar con tu crema de preferencia.
5- Compra los cosméticos indicados
En el mercado nos ofrecen infinidad de productos para el cuidado de la piel, pero es importante que antes de adquirir cualquiera, identifiquemos nuestro tipo de piel y elijamos el adecuado.
Por ejemplo, si tu piel es mixta, grasa o seca, siempre hay un producto elaborado específicamente para cada una. A veces gastamos dinero innecesariamente, en productos que no van a hacer efecto, precisamente porque aún no conocemos nuestro tipo de piel. Para ello, puedes hacerte algunas pruebas o acudir a un profesional para que te ayude a definir este aspecto. Otra de las opciones, es que puedes elegir un producto que esté destinado para todo tipo de piel.
Por otro lado, asegúrate de que los productos que compras sean de calidad, pues algunos que son muy económicos, resultan haciendo los efectos contrarios en la piel.