Cuando somos padres, cometemos muchos errores que sin darnos cuenta, influyen en el aprendizaje y futuro personal y profesional de nuestros hijos. En nuestro afán por educarlos y pensando en que sean personas exitosas, con bases sólidas para afrontar las diferentes situaciones de la vida, sin querer nos dejamos llevar por algunos errores que cometemos en la crianza de nuestros hijos y que facilitan que los niños crezcan tímidos e introvertidos, limitándoles las posibilidades de que puedan ser personas prósperas y autosuficientes. A continuación te dejamos una lista de errores, que tal vez no te hayas dado cuenta que estás cometiendo a la hora de educar a tu hijo. Si te sientes identificada con alguno de ellos, simplemente analiza y reflexiona para que no lo vuelvas a cometer.
1- Un niño intelectual no significa que sea maduro
La madurez es algo que se va logrando con el pasar de los años y con la experiencia de la vida y de las diferentes situaciones que ella acontece, no podemos confundir el intelecto con madurez, ni mucho menos creer que nuestros hijos son más maduros que el resto. Necesitamos permitirles que ellos quemen sus etapas y que se adapten y actúen de acuerdo a su edad. El hecho de que tengan algunos talentos o mayores habilidades cognitivas que otros niños, no quiere decir que sean más maduros. Simplemente cada niño crece con una habilidad distinta y no hay una edad mágica de la madurez o un momento exacto, para darle libertad a un niño de ciertas cosas.
De hecho, algunos niños que tienen habilidades intelectuales más avanzadas que otros, pueden llegar a incurrir en la inmadurez independientemente de su edad.
2- Reemplazar el buen comportamiento por el sentimiento de culpa
Como padres debemos aprender a poner límites y no sobrepasarnos. Podríamos hablar de un niño que es muy consentido y que no le interesa como se comporte, porque sabe que no habrá castigos y que más bien, va a tener una recompensa. Y es acá donde le impedimos al niño que se esfuerce por un buen comportamiento y crea que tanto las buenas como las malas acciones, son igualmente recompensadas. Dentro de este error, comprende que nosotros brindemos a nuestros hijos únicamente estímulos materiales y que él siempre esté a la espera de un juguete, de un helado o de un paseo, cada vez que necesita ser premiado. Más allá de eso, también existe el amor incondicional y una motivación interna y sentimental.
3- Correr por ellos todo el tiempo
Es claro que como padres, siempre debemos estar atentos a nuestros hijos y atender sus necesidades. Somos orientadores y responsables de su educación, pero es importante que un niño aprenda a solucionar situaciones difíciles y que sea el primero en dar una solución antes que un adulto lo ayude. Y esto no es algo egoísta, simplemente le estás abriendo la puerta para que tu hijo pueda desenvolverse, ser autosuficiente y enfrentarse a lo que es realmente la vida, porque de lo contrario, si lo acostumbras a que te van a tener todo el tiempo, va ser un problema para él y para ti. Recuerda que todo en exceso es malo.
4- No predicar y aplicar
Como padres somos grandes predicadores de lo que está bien y lo que está mal, pero es importante que también lo apliquemos para nuestra vida. Nuestros hijos ven cada paso que damos, observan cada cosa de lo que hacemos y decimos y son como unas esponjita, todo lo absorben de manera fácil. Si quieres que tu hijo sea amable, respetuoso y responsable, empieza por ti y cuida tus actos, para que tu hijo te observé y puede imitar todo lo bueno de ti. Trata de actuar de acuerdo a tus normas y con ello, tus hijos van a saber que deben hacer lo mismo y que este es el deber ser. Por ejemplo, puedes ayudar a los demás e invitar a tu hijo a que también lo haga, organizar todo como lo tenías desde un principio, dejar las cosas donde las encontraste, saludar, despedirte y así tus hijos repetirán estos actos.
5- No hablar con tus hijos sinceramente
A medida que tus hijos van creciendo, van siendo independientes y aprendiendo un poco sobre lo que es la vida. Para ello es importante también, que sepan acerca de tu pasado, de tus errores, de tu juventud, de tus acciones y de lo bueno y de lo malo. Siempre trata de ser sincera con ellos y si les prometes algo ¡cumple! Si ves que no puedes cumplirlo, ¡no lo hagas! Ellos van a tomar rienda de su propia vida y todo lo que tu influyas, va a ser de vital importancia.
6- Falsas expectativas
Y este punto está muy ligado con el anterior. Como madre sabemos que amamos a nuestros hijos y nos vamos a sentir siempre orgullosas de ellos, pero no podemos entusiasmarlos muy pronto y llenar a nuestros hijos de elogios y falsas expectativas por cualquier cosa, haciéndoles creer que son perfectos y que van a lograr ciertas cosas, que nosotros sabemos que claramente no es así. Esto puede ser contraproducente para su autoestima y tarde o temprano si fallan en el intento, van a tomarlo como si tú fueras su objetivo y van a querer esforzarse por satisfacerte a ti y no a ellos mismos.
7- No dejarlos tomar riesgos
Para que ellos aprendan sobre la vida, es necesario que se enfrenten a sus miedos y a situaciones difíciles, de los que pueden aprender, tomar experiencia y saber cómo desenvolverse más adelante. Evita la sobreprotección y déjalo que lidie con sus propias emociones.