El tener que pasar por un divorcio o una ruptura amorosa nunca es fácil y es inevitable no sentirse mal, quizás la ira hacia esa persona con la que compartiste tantos momentos pueda acumularse rápidamente. Se trata de emociones normales y que no deben reprimirse, pero sí examinar para que no se apoderen de tu vida. Aunque lo mejor siempre será acudir con un especialista para que tengas atención personalizada, aquí te enseñamos algunos tips generales que puedes aprender y así manejar este tipo de situaciones. Recuerda que en el momento en que tú decidas cambiar, así mismo todo cambiará.
1-Reconoce tus sentimientos
Si estás lidiando con problemas de ira después de una ruptura, no es aconsejable esconder ese sentimiento detrás de una sonrisa ficticia. Cada cambio que buscas y necesitas requiere de una aceptación sincera acerca de lo que está pasando y te está molestando. Deja que tus emociones fluyan de forma natural, permitiendo sentirte humano y aceptar que es imposible controlarlo todo. De esta manera le ayudas a tu mente a trabajar para ti mismo y no en tu contra.
Entonces, la clave cuando se trata de aliviar el dolor es aceptarlo, sentirlo y expresarlo, así darás el primer paso hacia la recuperación. Aceptar otras cosas también puede ayudarte, por ejemplo, que no tienes el control de las emociones y reacciones en los demás, que no todo el mundo quiere quedarse, que no eres una víctima y no deberías ser demasiado dependiente emocionalmente de los otros.
2-Encuentra la fuente
Después de la aceptación es importante buscar la fuente que desencadena ese enojo. Debe existir algún detonante en especial, que puede ser el miedo a quedarse solo, al rechazo, el hecho de que el ex está saliendo con otra persona, la idea de perder a esa persona para siempre, incluso algo de tu niñez. Debes ser consciente de los pensamientos que circulan en tu mente y luego descubrir qué emociones se están generando al interior, al tiempo en el que observas cómo tu cuerpo responde a ello. Cada vez que sientas enojo, respira hondo y trata de descubrir cuáles fueron esos últimos pensamientos antes de que lograra apoderarse de ti.
3-Asuma la responsabilidad
Muchas personas culpan a los demás de todo lo malo que les pasa, de que si eres bueno con alguien este debe corresponder con los mismos sentimientos y si no lo hacen se convierten en personajes negativos. Pero de esa manera solo permites que todos manejen tu vida y emociones. Para que algo cambie afuera debes empezar desde adentro y el primer paso es asumir la responsabilidad, lo que estás sintiendo y experimentando es algo que ocurre en tu interior y no puedes esperar que otros lo arreglen.
Solo tú debes tomar el rumbo hacia el camino correcto. No puedes cambiar ninguna situación, ni superar una emoción sin no te haces cargo, por lo que es bastante útil asumir la responsabilidad por todo lo que te ha pasado, ya sea por la elección que hiciste y las acciones que tomaste. Asume la responsabilidad de tu situación actual, incluso si crees que no cometiste errores y verás como te curarás.
4-Habla con alguien más
No permitas que todas las emociones incluida la ira se acumulen en tu interior, pues en algún momento estallará. Trata de buscar a una persona en quien puedas confiar para hablar sobre los problemas con los que estás luchando. Deja a un lado el miedo de ser juzgado o malinterpretado, algún amigo o familiar seguramente te entenderá. No solo sirve para desahogarse, aquella persona puede ayudarte a comprender algunas cosas que quizás no pudiste haber hecho solo.
Entonces, cuando sientas que todo se está saliendo de control háblale a alguien desde lo profundo de tu corazón, de modo que puedas hacerle saber todo está robando la paz en tu vida, pues lo más probable es que puedan ayudarte a ver las cosas con una perspectiva diferente y más amplia. Si te resulta difícil la comunicación con personas conocidas, es momento de buscar a un profesional.
5-Realiza actividad física
Sentir ira no es algo malo, en cierto modo todos las necesitamos en algún momento de la vida, pero se puede canalizar en los lugares correctos para que no termine perjudicando a nadie. Por ejemplo, el realizar actividad física, ya sea saliendo a correr con regularidad, practicando deportes que requieran cierta exigencia para rendir, como el boxeo, el fútbol o algo similar que te llame la atención. Es decir que en lugar de que la ira se apodere de tu vida y absorba toda tu energía, lleva todos esos sentimientos hacia donde sea necesario y beneficioso.
6-Escribe lo que sientes
Intenta por escribirle una carta a tu ex, pero sin la necesidad de enviarla. Todos tenernos algo en el corazón y en la mente que muchas veces no se dice y seguimos guardando en el interior, ya que pensamos que es muy tarde para expresarlo y nos protege del estallido emocional. Sin embargo, esas pequeñas cosas no dichas, empiezan a transformarse en algo cada vez más fuerte, por lo que lo más probable es que termine en forma de ira extrema.
Aquí tampoco se habla de hablarlo con el ex, ya que puede generar más complicaciones y amarguras. Solo escucha tu pensamiento, escribe con lápiz y papel lo que se te ocurra. Cuando termines, respira hondo, quema la carta y observa como tu ira y enojo se van con ese papel. Es un buen ejercicio que vale la pena intentar.
7-Dese su tiempo
Recuperarse de cualquier pérdida toma su tiempo, así que no te presiones ni juzgues por los sentimientos que tienes, incluso si han pasado años y otras personas han superado las situaciones vividas con mayor facilidad. De acuerdo con los expertos, en promedio el proceso de curación tarda alrededor de los 2 años, pero recuerda que cada persona tiene su propio proceso a la hora de sanar sus heridas, que requiere aceptación y perdón, de manera que puedas sentirte completamente en paz contigo mismo y lo que te rodea.
8-Cuida de ti mismo
Es momento de centrar la atención en la relación contigo mismo, esto implica realizar cosas que te hagan feliz, ya sea ver a tus amigos, vivir una nueva experiencia, dedicar tiempo en algún pasatiempo favorito. También incluye el cuidar de tu cuerpo y salud, alimentándote bien, realizar ejercicio, dormir, cuidar de tu cabello, piel, uñas, etc. Después de una ruptura puede que tengas mucho tiempo disponible, por lo que es importante aprovecharlo de una manera positiva, incluso los pequeños detalles hacen la diferencia. Así que abre la cortina al despertar, disfruta del sol, de la ducha antes de salir, así como de un baño relajante al llegar de nuevo a casa.