Una de las cosas más difíciles para el ser humano es ser padres, ya que nadie nace con eso aprendido, y es algo que de a poco se descubre, conforme se desarrolla. Por eso las frases o comportamientos dañinos pueden afectar su bienestar mental y la manera en cómo se desarrolla y la interacción con los demás cuando se es mayor.
1- Minimizar las cosas a dramatismos o inmadurez.
A los niños es posible que se sientan molestos por algo que desde el punto de vista adulto no es la gran cosa, sin embargo, las emociones que se sienten siguen siendo importantes, cuando los padres ignoran estos sentimientos pueden hacerle pensar que sus emociones no son válidas y que no pueden ser expresadas.
Decirle que madure o que crezca, puede que haga percibir a los adultos como insensibles, pudiendo causar problemas de comunicación a futuro, hay que tener en cuenta que todas las emociones son importantes, validas y merecen ser expresadas de forma positiva.
2- Preguntar el por qué él o ella es así.
Preguntas de ¿Por qué eres así? O ¿A ti qué te pasa? Se suele decir cuando alguien puede sentirse frustrado, sin embargo, puede llegar a tener un impacto psicológico especialmente en los niños, ya que un niño puede llegar a creer que es inadecuado, que no sirve, o que algo anda mal con él o ella, ya que los niños son impresionables muy fácilmente, por lo que, si un padre dice eso por desesperación o despecho, puede afectar durante años.
Los padres deben evitar estas frases por más frustración que halla, por otro lado, frases como: háblame lo que está mal, te escucho o hablemos de esto, son una buena alternativa, ya que promueven una buena comunicación y un entendimiento saludable.
3- La sobreprotección
Muchos padres sienten el instinto natural de proteger a los hijos, sin embargo, ser muy posesivos o protectores puede perjudicar al crecimiento emocional, cuando no se deja que los niños experimenten cosas nuevas, pueden hacerlos dependientes de una guía cercana que no siempre estará con ellos.
Hacer esto puede confundir su concepto de amor, haciendo que las muestras de control y propiedad se perciban como muestras de amor, las personas no somos objetos, y merecemos crecer y madurar a nuestro ritmo.
4- “Mi casa, mis reglas”.
Si bien esta frase lo usan los padres para motivar a los hijos a hacer sencillas tareas, como limpiar o cocinar, pueden llegar a tener consecuencias no deseadas.
Por ejemplo:
Puede hacer que los niños se sientan como una carga, o que piensen que siempre tendrá que vivir a la manera que los padres quieren que lo haga, esto puede ocasionar sentimientos de frustración o resentimiento, o sentirse en deuda con los padres, tomando decisiones basado en las expectativas de la familia, y no en sus necesidades o deseos.
Y es que, si bien los niños deben reconocer lo que se hace por ellos, es importante darse cuenta que el amor y apoyo de los padres no es algo que se echar en cara.
5- Hacer comentarios sobre su peso.
El decir comentarios como: “estas demasiado delgada” o “tienes sobrepeso” si bien no parece gran cosa, frases como estas perpetúan una idea de vergüenza corporal, así como la fijación de seguir un canon de belleza ante la sociedad.
Mencionar el peso de alguien puede generar una relación no Sana con la comida, ya que los niños pueden sentir que están comiendo demasiado o hacer que comer se convierta en una ardua tarea, si bien es importante que un hijo coma balanceado y de manera saludable, hacer comentarios sobre su peso o forma de su cuerpo, puede generar inseguridad y sufrimiento.
Es preferible proveerles una dieta balanceada y saludable, en donde puedan comer de todo con moderación.
6- Hacer comparaciones.
El hacer comparaciones con hermanos, primos, amigos, o alguien de la misma edad de ellos, dañan la autoestima de sus hijos y obligan a que se esfuercen en exceso, con estas comparaciones, lo único que generan es que sus hijos tengan la necesidad de competir con todos, llevándolos al agotamiento, extenuación o celos.
7- Imitar la forma en la que nos educaron.
Muchos padres imitan la forma en la que ellos fueron educados de manera consciente o inconsciente, esto puede convertirse en un problema cuando no están dispuestos a escuchar las ideas o problemas de sus hijos, esto hacen que se corten las líneas de comunicación, haciéndolos sentir que sus emociones e ideas no son importantes.
Por el contrario, los padres deben reconocer que la crianza de los hijos no es algo que sirva para todos en cualquier situación, por lo que para unos funcionan para otros no.