Los ejercicios que requieren de fuerza como las pesas, los discos, las mancuernas o las máquinas con peso, que solemos ver en los gimnasios, son necesarios en nuestra rutina. Así es, sin importar que tu meta sea tonificar, aumentar masa muscular o reducir grasa corporal, debes hacer ejercicios de fuerza. Esto se debe a que, por una parte, hacer pesas, barras o mancuernas, te ayudará a fortalecer tu cuerpo; y por otra parte, te facilitará cualquier meta que tengas.
Por ejemplo, al hacer ejercicios de fuerza, aumentas tu masa corporal, lo que acelerará tu metabolismo y automáticamente te ayudará a reducir grasa corporal y, por ende, a tonificar tu cuerpo. Además, al levantar pesas o al usar las máquinas de los gimnasios utilizas mucha energía, lo cual implica que el esfuerzo es mayor. Sin embargo, no puedes levantar cualquier peso que desees sin ningún cuidado o te lastimarás. Por ello, a continuación, te dejamos lo que debes saber para escoger el peso correcto para ti.
Escoge el peso correcto para cuando entrenes con pesas
Los entrenamientos de fuerza pueden provocarnos un poco de miedo. Quizá porque sentimos que no podremos levantar las pesas o porque terminaremos haciendo el ejercicio mal. Por esto, es importante que escojamos bien el peso que vamos a utilizar. Sin embargo, no es algo que se pueda determinar con una fórmula exacta o con una regla, es algo un poco más intuitivo. Lo que sí puedes hacer es seguir los consejos que te dejaremos para que encuentres el peso adecuado.
1- Ve poco a poco
Si es un ejercicio nuevo, lo mejor es que primero realices el movimiento sin pesas hasta que lo tengas claro y controlado. De esta manera sentirás, específicamente, qué partes de tu cuerpo deben estar trabajando. Así, cuando le agregues el peso, podrás estar segura de que estás haciendo correctamente el ejercicio. Por ejemplo, si vas a realizar una sentadilla con una barra, primero tienes que ser capaz de hacer una sentadilla perfecta sin peso, de tal manera que puedas aguantar la postura, por lo menos, unos diez segundos.
Cuando lo consigas, poco a poco, ve añadiendo peso. Procura mantener siempre la espalda recta y que las rodillas no se te vayan hacia dentro. Si no puedes mantener el ritmo, tendrás que quitar un poco de peso. Además, si sientes que te estás esforzando de más o si después de cinco repeticiones, ya sientes que el pulso se te acelera o te pones demasiado roja, también deberás bajar un poco el peso.
Es normal que este tipo de ejercicios te cuesten, pero la idea tampoco es que sientas un dolor o una fatiga insoportable. Lo que puedes hacer para acostumbrarte es trabajar con menos peso y más repeticiones, mientras el movimiento lo ejecutes correctamente. Por otra parte, también es importante que entre cada serie te tomes un buen descanso para que puedas rendir y hacerle frente al siguiente set.
2- Si vas a aumentar el peso, también poco a poco
Si, después de un tiempo, ya te sientes lista para ir aumentando el peso que cargas, ¡adelante! Pero, ya sabes, también debes hacerlo poco a poco. Sabrás que necesitas aumentar el peso si cuando haces el ejercicio no notas esa sensación de quemazón o de ardor en los músculos que estás trabajando.
Como te lo mencionamos al principio, no debes tenerle miedo a aumentar el peso que cargas en tus ejercicios, pues es ideal para fortalecer tu cuerpo, aumentar la masa muscular y darle forma al mismo, además de mantenerte saludable, claro. Sobre todo si también mantienes una alimentación equilibrada enfocada en tus objetivos.