La crianza de un niño no tiene un libro que indique paso a paso lo que se debe hacer en ciertas ocasiones, es más, todo se torna un poco más difícil cuando el pequeño comienza a crecer y pretende querer y hacer todo lo que él diga.
El verdadero problema está cuando los padres por no lidiar con pataletas, llantos y berrinches no establecen límites, y aunque los pequeños permanecen en casa la mayor parte de su tiempo, esto no siempre va a ser así, es en este punto en donde las dificultades son mayores.
Del mismo modo, a veces se logran poner límites, pero, no es fácil saber si estos son sanos o simplemente están siendo una exageración completa.
Si eres mamá o papá y ya se te ha pasado esto por la cabeza, en esta nota te enseñaremos todo lo que debes saber acerca de los límites que debes establecer con tus hijos.
¿Qué es un límite?
Se entiende por un límite a la capacidad de expresar lo que se quiere o necesita, siempre teniendo en cuenta las necesidades de las demás personas que se ven implicadas en alguna situación.
Un ejemplo muy claro y perfecto para entender sobre qué es poner un límite a tu hijo es la típica situación en la que el pequeño quiere algo desesperadamente, sin importar el precio y los esfuerzos que deban de hacer sus padres para darle el gusto.
Los padres por satisfacerlo y evitar que el niño pase por la frustración o haga una pataleta, le compra lo que tanto quiere. Es ente punto donde se debe entender que el pequeño tomó la delantera, pues, mientras más se ceda en situaciones como estas, más se repetirá en el futuro.
No estamos diciendo que no le compres o regales nada a tu hijo o hija, solo que cuando veas que la situación no es la mejor o no está a tu alcance, entonces le dirás que esta vez no se puede y de esta manera establecerás un límite sano.
Los límites son actos de amor
De acuerdo con el psicólogo social, Claudio Gustavo Rojas, el hecho de poner límites no se debe entender como quitarle o negarle algo a los hijos, sino por el contrario, como un acto de amor que fortalecerá la personalidad y el desarrollo de los mismos.
“Saber poner límites nos permite crear y fortalecer sentimientos de autonomía, valor personal, sociabilidad, creatividad y bienestar personal. Además, poner límites también es un acto de amor hacia los hijos e hijas” asegura.
Es entonces cuando debemos entender que a pesar de que no queramos verlos llorar y por eso se les da lo que piden, se les está haciendo un mal. Mientras que si se aprenden a poner límites los niños aprenderán a manejar sus emociones, conocerán de la paciencia, el respeto e incluso el esfuerzo que hacen las personas de su alrededor.
Consecuencias de no poner limites
Si bien cuando los niños son muy pequeños y nunca se les pone límites no se verán aspectos negativos de inmediato, sin embargo, los problemas crecerán una vez comience a crecer.
Aquí te dejamos las consecuencias por no poner límites sanos a una temprana edad.
1.El niño se podrá sentir desorientado, desprotegido y confuso, aunque no lo creas, en un futuro la falta de límites se podrá entender como falta de cariño y atención, lo que afectará directamente la autoestima y la confianza en sí mismos.
2.No será capaz de tolerar la frustración, debido a su edad y a que jamás se le dijo que no, el pequeño no sabe lo que es no obtener algo que quiera, y cuando este momento llegue, no sabrá como manejarlo.
3.Será caprichoso, no valorará lo que tiene y será manipulador, si desde pequeño se le dio todo lo que él o ella quería, una vez crezca querrá aún más cosas y de mayor valor, no obstante, no sabrá el verdadero valor y el esfuerzo que hay detrás para conseguir lo que se quiere; esto provocará que se convierta en una persona prepotente y manipuladora para conseguir lo que quiere.
4.No aprenderá a esperar ni a controlar sus emociones, por supuesto que, si desde pequeño tuvo todo al instante, en el futuro ya no sabrá esperar, no tendrá paciencia y, al mismo tiempo, se sentirá vacío al no poder controlar los sentimientos negativos que sienta.