De niños seguramente le hicimos rabietas a mamá porque no nos compró el dulce que queríamos o no nos cargo cuando nos sentimos cansados. Su respuesta era “no porque si comes dulces ahora después no cenas” o “no porque ya estás grande”. En ese momento sentimos que ella no nos quería y era nuestra peor enemiga, en otras palabras era la mamá más mala del mundo. Sin embargo, debo decir ahora que soy madre que eso es un gran cumplido y te voy a explicar por qué.
La generación actual es considerada como la que tiene los niños más caprichosos, groseros, menos limitados y sin restricciones de la historia. Todas esas cosas que dicen sobre los niños malcriados y consentidos asustan toda mujer que desee ser madre, no obstante, la culpa de que los niños sean así no es de ellos sino de los padres. Conceder todas las peticiones de nuestros hijos es sencillo, siempre queremos que piensen que somos la más divertida de todas. Sin embargo, te voy a enseñar porque no deber acceder a todos los caprichos de tus hijos, al principio te van a odiar, pero después estarán muy agradecidos.
Te presento las 7 formas de ser la mamá más mala del mundo
1. No des postre todos los días
Los dulces son premios, por lo tanto deben darse en las ocasiones que lo merezcan. Si los damos a nuestros hijos cada vez que nos las pidan haremos que pierdan el significado de importancia que representan y cuando alguien les quiera dar una recompensa dulce no le van a encontrar valor
2. Acuéstalos a dormir a una hora razonable
Sabemos que tener buenas horas de sueño es fundamental para el buen desarrollo de nuestros hijos. En ese orden es importante que los mandes a dormir a la hora indicada. Al principio van a mostrar resistencia, sin embrago, con un poco de constancia el niño verá que lo que dices es enserio.
3. Hazles pagar por sus cosas
Debemos enseñarle a nuestros hijos que todo tiene un valor, es decir, si quieres algo lo pagas. El objetivo es hacerles entender desde niños que en la adultez todo tiene un precio. Si deben pagar desde que son pequeños por las cosas que les gustan como los video juegos, el cine o los partidos de futbol. Eso le enseñará el valor del dinero y a diferenciar las cosas que son realmente importantes.
4. No resuelvas sus problemas
En oportunidades cuando algunos de nuestros hijos llegan a la adultez y consiguen un trabajo se enfrentan a una realidad que puede ser muy difícil de asumir para ellos puesto que se dan cuenta que las reglas son iguales para todos. Para evitar que esto ocurra podemos hacer un ejercicio con ellos desde niños, por ejemplo, cuando no les guste alguno de sus profesores, su compañero de laboratorio o la posición que le corresponde en el campo de fútbol, no muevas tus contactos para arreglar sus problemas, permite que se adapte a este nuevo reto y que sea él quien llegue a un acuerdo con el que se sienta cómodo.
5. Haz que hagan cosas difíciles
Cuando las cosas se pongan difíciles no asumas de forma inmediata el control, deja que ellos resuelvan a través de sus propias estrategias. Te puedo dar fe que no hay mejor forma de aumentar la confianza de nuestros hijos que el que ellos sepan que son capaces de enfrentarse a momentos desfavorables.
6. Enséñales a valorar el tiempo
A tus hijos les irá mucho mejor si aprenden a valorar y administrar su tiempo. Desde niños dales un reloj y un despertador, ellos deben saber que como madres habrá momentos en que tenemos que atender otros asuntos por lo tanto no estaremos cerca para recordarles a que hora deben hacer sus deberes, ya sea tender la cama, apagar el televisor o prepararse para ir a la escuela.
7. Que no haya preocupaciones por los últimos modelos
Es importante que nuestros hijos entiendan que cada una de las cosas que les damos son de gran valor y con mucho cariño por lo tanto debemos enseñarles a que estén conformes con las cosas que podemos darles. Si se preocupan por tener las cosas que otros tienen estarás atados a la infelicidad.