Las relaciones sentimentales son temas de mucha madurez y seriedad para que sea sana, de lo contrario, sin el cuidado necesario, la comunicación efectiva, confianza y madurez, podemos caer en el gran peligro de una relación tóxica.
Pero debes prestar atención, ya que las relaciones tóxicas no solo se dan en relaciones de pareja, sino en cualquier relación afectiva como familiares, amigos o compañeros por los que hay un lazo afectivo, un cariño.
¿Cómo identifico que estoy en una relación tóxica?
Este es tal vez uno de los pasos más difíciles tratar de identificar y aceptar que estás en una relación que no es sana.
Debes ser cuidadoso para identificar y captar las señales que te den las personas sobre la relación que lleven. A veces es un poco difícil entender qué es tóxico y no alcanzamos a dimensionar todo lo que gira en torno a ellas y todo lo que puede llegar a considerarse como tóxico.
Antes de comenzar quiero decirte que no tengas miedo de romper esos lazos con las personas que te hacen daño o te impiden progresar. A veces cuesta tomar estas decisiones y da mucho miedo hacerlo, ya sea por costumbre o el terror a afrontar todo sin él/ella/ellos.
No importa si es tu pareja, amigos o peor aun si es tu familia. Soltá, soltá, soltá. La familia es tal vez una de las relaciones más difíciles de soltar porque nos criaron justificando las acciones de la familia “por ser familia”.
Falso, nadie tiene porqué hacerte daño ni tú puedes permitirlo, ni siquiera por ser familia. Rompe los lazos, cualquier comunicación y no asistas a lugares donde las personas que te hacen o han hecho daño, es más tampoco están en la obligación de tratar con quienes justifican las malas acciones de los otros.
Relaciones tóxicas
Son vínculos en el que ambas partes son incapaces de tratarse de igual manera sin respetar la individualidad y particularidad del otro. Esto vuelve las relaciones destructivas, y en la que una o ambas partes puede generar daño.
Teniendo en cuenta este concepto ampliamos nuestra visión sobre las relaciones tóxicas, tanto que podremos comenzar a identificar que tenemos en nuestra vida personas tóxicas sin saber que lo eran.
Ahora podemos ser conscientes que hay muchas maneras de ser tóxicos sutilmente y que incluso podemos ser los tóxicos sin saberlo.
1- Menosprecio
Constantemente se vive el menosprecio disfrazado de bromas, chistesitos, comentarios sutiles y constantes que denigran la integridad y dignidad del otro.
Si ves esto en tu familia (que es lo más común, no lo minimices, míralo como lo que es), amigos o pareja comienza a reflexionar.
2- Dependencia afectiva
Esto se da cuando nos volvemos incapaces de hacer las cosas sin la persona de la que desea ser querida y necesita la aprobación de él/ella/ellos
Esta dependencia generalmente se da porque tiene esa necesidad de ser querido sin siquiera saber hacerlo.
Para que hayan relaciones sanas se necesitan personas libres, autónomas, independientes, capaces de desear no por necesidad sino por querer. También que la otra persona sea capaz de entender eso y aceptarlo sin querer dominar.
3- Intimidación
La forma más común de ejercer el poder en una relación es el control, querer dominar al otro y a la relación.
Una forma es utilizando el mal humor que termina explotando con enojo, grito, chantaje y victimización.
4- Apropiación posesiva
Tratar al otro como objeto de pertenencia. Se puede caer en el error de que el otro existe para mi conveniencia o satisfacción.
Es más desde las familias se ve en el acto de “es que es tu familiar” o minimizar acciones por lazos sanguíneos, como si yo fuera de ellos o ellos fueran míos, ¡NO!
Cada ser es individual y tiene un dignidad e integridad que sí importan y deben respetarse.
5- Generación de culpa
Victimizarse y culpar al otro es la señal más común y grave. Esto porque comienza a minimizarnos, hacernos infelices, cuestionarnos incluso por hábitos, decisiones, placeres, gusto, todo.
Como si lo que soy independientemente como persona fuera algo malo, es injusto dejar de ser yo por el dominio y la presión que el otro quiere ejercer sobre mí.
Algún comentario, actitud, mirada, son las técnicas que suelen utilizar para hacer sentir mal y culpable.