Como madres siempre tenemos preocupaciones y una de ellas, es el aprendizaje de nuestros hijos, en especial si son pequeños, en esa edad entre 1 a 3 años que se encuentran en el proceso de aprender a hablar. A veces dentro de nuestra crianza, no tenemos las pautas necesarias para orientarlos a tal fin, pero no te preocupes, has llegado al artículo indicado.
La maternidad es todo un mundo de aventuras, y también se encuentra un mundo de aprendizajes, nunca nos las vamos a saber todas, ni vamos a nacer con un chip que nos diga cómo educar a nuestros hijos. Mientras los educamos, también aprendemos. Hoy te explicamos cómo puedes enseñarle a tu hijo de a 1 a 3 años a hablar y aplicarlo en tu vida. Tal vez no sea tarea fácil, pero es de tiempo y paciencia.
Enseñarle a tu hijo a hablar solo es de tiempo y dedicación
Enseñarle a tu hijo a hablar, resulta todo un reto y ahora has escuchado algunos mitos caseros, como darle agua de arroz, entre otras cosas, para agilizar su proceso de habla. Pero todo queda en el tintero, sin ser comprobado.
Cuando tu hijo está en crecimiento, te enfrentas a lo que es ser verdaderamente madre, tienes que enseñarle a tu hijo a satisfacer sus propias necesidades. Pero ser mamá, es el mejor regalo que Dios te ha podido dar.
Tal vez ya habrás visto algunas señas de tu hijo, en las que empiece a comunicarse contigo, a través de señas, gestos, sílabas o ruidos. Pero esto hace parte del proceso y poco a poco, él irá dominando el lenguaje, hasta que ya finalmente, empiece a decir sus primeras palabras. Este proceso inicia un poco antes de cumplir el primer año de edad, hacia los dos años, los niños a esta edad, ya pueden realizar oraciones de al menos 2 palabras.
La edad en la que los niños aprenden a comunicarse, va de 1 a 3 años. Por eso es importante que hagamos parte de este proceso a esta edad. No te preocupes si no lo hace con total claridad, o no lo hace perfecto. Simplemente lo hace por instinto, para poder satisfacer sus necesidades. A continuación te presentamos algunos consejos que te van a servir en este aprendizaje.
1- Tu hijo también hace parte de las conversaciones
Solemos ignorar la presencia de nuestros hijos, mientras dialogamos con otras personas. Claramente estamos hablando de temas de adultos y los niños interrumpen mientras lo hacemos. Por un lado es cierto que debemos educar a nuestros hijos para que respeten este espacio, pero también podemos incluirlos no solo para que se sientan ignorados o rechazados, sino también, para que se motiven a hablar. Pregúntale cuál es su opinión, qué piensa respecto al tema del que se está hablando, o cuéntale cosas. Esto también puede ser un impulso para ellos.
2- A esta edad todo es diversión
Los niños aman jugar todo el tiempo, para ellos el juego hace parte de su proceso en su crecimiento, beneficiándolo en todos los aspectos. Es por ello, que te sugerimos que incluyas el juego como una forma efectiva, para motivarlos hablar. Un ejemplo, es que le preguntes que es cada cosa y él pueda relacionar una palabra con un objeto o cosa. Si él no recuerda todo, puedes darle pistas y convertir su aprendizaje en un juego.
3- Háblale sobre tu día y tus cosas
Hablar con tu hijo y preguntarle cosas, también será una buena alternativa para motivarlo hablar. Además que mientras tú hablas con él, va conociendo nuevas palabras. Para que hablar sola cuando tienes una gran compañía a tu lado, esto también va hacer que mejores tu lazo de amor con tu hijo. Entre más oportunidades tenga él de practicar sus capacidades comunicativas, será mejor para que pueda armar palabras y hacer una oración.
4- El juego del teléfono
Juega con tu hijo al teléfono. Ellos siempre buscan imitar actividades de los grandes. Por ejemplo, puedes comprar teléfonos de juguete y simular que están en una llamada. Esto además de ser una forma recreativa, entretener a tu hijo, puede permitirle aprender a hablar, dándole ideas de palabras y el espacio para que pueda contar sus cosas a otra persona, como por ejemplo en dónde está y qué está haciendo.
5- Dale la oportunidad de terminar frases a su manera
No siempre tienes que ser tú la que propone las palabras, sino que sea él quien las proponga. Por ejemplo tú puedes empezarla y que tu hijo la terminé o viceversa, y así será un trabajo en equipo. Mientras tú dices frases o lees un cuento, puedes hacer una pausa para que sea tu hijo sea quién complemente la frase, puedes ayudarle dándole pistas.