Hoy en día existen demasiadas situaciones que hacen que las mamás se sientan presionadas y quieran convertirse en las madres perfectas, sin errores y haciéndoles la vida más fácil a sus hijos.
Para las mamás y próximas en serlo, entienden perfectamente que por más de que se intente ser perfecta y no tener errores es completamente imposible, pues, siempre se presentan ciertas cosas que no lo permiten
No obstante, esto no está mal, de hecho, estamos aquí para explicarte que, aunque quieras ser la mamá perfecta, tus hijos necesitan es que seas feliz.
La presión de una maternidad perfecta
Cuando eres mamá, la lista de tareas nunca terminan, está el hecho de ir de compras para la casa, la comida, y sobre todo para los niños a esto súmale mantenerte al día con tu trabajo y los quehaceres del hogar.
Sin duda alguna todas quieren cumplir con todo para no solo llevar un hogar armonioso, sino también ser la mamá perfecta para tus hijos.
Lo que desconocen muchos es que, en realidad esto no es nada fácil, de hecho, entre más se intente ser perfecta, más presión existe y la felicidad desaparece por completo, llegando en su lugar la tensión y el estrés, que no sobra decirlo, trae consigo un montón de sentimientos negativos.
También debemos aceptar que las mamás mismas no se presionan ellas solas, lastimosamente, la sociedad aún se encuentra arraigada a costumbres antiguas en donde las madres debían de ser y actuar de una forma adecuada para cumplir con todas sus obligaciones y ser la imagen perfecta para y del hogar.
Estas mismas situaciones son las que llevan a las madres a concentrarse más en todo lo que deben hacer para ser perfectas, que, en llegar a pasar tiempo de calidad con sus hijos.
Viendo esto, ¿te has puesto a pensar en que llegará el día en el que tus hijos crecerán, serán independientes y ya no te pedirán ayuda para nada o ni siquiera te dirán que juegues con ellos? Pues, esto es una realidad.
Sé una mamá feliz, no perfecta
Esperamos que la pregunta que te planteamos antes te haya dejado pensando y considerando el asunto muy seriamente.
Si eres una de las mamás para las cuales es más importante cumplir con algunos deberes que llegar a jugar o ayudar a tus pequeños con sus tareas, es momento de que te replantees.
Sabemos que no todas tuvieron una infancia perfecta, pero, sí estamos seguras de que, para todas, nuestras mamás han sido nuestras heroínas, y que sí había problemas económicos, la infancia que nos regalaron fue la mejor, o ¿alguna vez recuerdas a tu mamá quejándose, llorando y más ocupada con todo menos contigo? Creemos que no.
Siguiendo este mismo ejemplo, comienza a repartir mejor tu tiempo y recuerda que, así como tu papá y mamá no fueron perfectos, siempre que estaban contigo te transmitían nada más que tranquilidad, felicidad y seguridad.
Es esto mismo lo que debes de transmitir a tus hijos, sí, muchas son las cosas que se deben de superar cada día, pero, no es la frustración lo que deben de recibir los más pequeños de la casa, ellos te necesitan feliz.
Ser feliz es tu decisión
Como te lo dijimos antes, ya es costumbre que las personas alrededor estén juzgando o comparando, hay que ser conscientes de que de una u otra forma se debe de aprender a vivir dejando de un lado lo que los demás digan o piensen, aquí lo importante son tus hijos.
Para ser feliz, hay que aprender a vivir siendo imperfecta, está bien equivocarse y aprender de esos errores, también debes de saber que tus hijos también pueden cometer errores, así que edúcalo para que sea una buena persona y no perfecto.
Habrá días en los que querrá dormirse disfrazado de su personaje favorito, otros días en los que no sabrá combinar su ropa porque quiere usar los mismos zapatos de siempre, no luches en contra de lo que él quiere y lo hace feliz, pues, la felicidad está en estos pequeños detalles.
Concéntrate en que tus hijos sean felices, ríe, juega y disfruta con ellos, recuerda que su felicidad también es la tuya, ellos te necesitan feliz, no perfecta.