La familia es de vital importancia para el ser humano. Nos ayudan a definir el tipo de persona que somos, nuestra respuesta al mundo y nuestros hábitos. Somos un reflejo de los vínculos afectivos y las costumbres que desarrollamos en nuestro núcleo familiar.
Pero, ¿Qué pasa cuando nacemos en una familia disfuncional?. Cuando un miembro de la familia es inestable emocionalmente, se generan todo tipo de conflictos que afectan nuestro desarrollo y crecimiento personal.
Familias disfuncionales: cómo afecta el desarrollo de los más pequeños
Cuando hablamos de una familia disfuncional, nos referimos a los núcleos en los cuales existen conflictos a causa de la poca estabilidad emocional de uno o varios de las miembros de la familia. Por lo general, las personas inestables no cumplen con las medidas de cuidado, protección y educación necesarias para el bienestar del resto de las personas del grupo.
Las causas de una familia disfuncional pueden ser múltiples. Pero un aspecto fundamental que las identifica a todas, es la falta de recursos psicológicos para que la convivencia sea posible. Estos obstáculos entorpecen el desarrollo emocional y psicológico de los demás miembros de la familia, especialmente de los más pequeños.
Los primeros años en la vida de una persona son decisivos para la formación de su personalidad. Los niños que nacen y son criados en familias disfuncionales, corren el riesgo de quedar marcados de por vida por los conflictos, las malas conductas y, en algunas ocasiones, los abusos. Es posible que los más pequeños se adapten a estas conductas disfuncionales y crezcan viéndolas como algo normal, que a largo plazo afectará en el tipo de persona que se conviertan en su etapa adulta.
¿Cómo afecta una familia disfuncional a los más pequeños?
El entorno familiar puede facilitar o dificultar el desarrollo psicológico de los niños. En el caso de las familias disfuncionales. Al tratarse de un ambiente poco saludable, los niños pueden convertirse en personas inseguras, tímidas y con una baja autoestima.
Estas conductas inadecuadas, los llevarán a desarrollar problemas de personalidad que contribuirán a que el niño o adolescente tome malas decisiones a futuro y termine involucrado en problemas como las adicciones y los vínculos sociales pobres.
Cuando un niño crece en un entorno de familia disfuncional, termina por adaptarse a las circunstancias, lo que lo llevará a tomar roles de personalidad que lo ayuden a sobrevivir o sobrellevar el mal momento que está viviendo. Es muy probable que estos roles lo marquen por el resto de su vida y se extienda a cualquier contexto en el que se desenvuelva. Algunos de los roles más comunes son:
- Un niño se convierte en un “saco de golpes” cuando arrastra la emoción de culpabilidad de los problemas familiares. Este tipo de rol determina que el niño asume que recibirá los “golpes” siempre.
- Un niño adopta el rol de “rebelde” cuando no soporta ninguna figura de autoridad y reniega de estas debido al ejemplo familiar que ha recibido.
- Otro rol muy común es el de “guardián” y se desarrolla cuando los niños sienten que tienen que asumir las responsabilidades propias de adultos. Se ven así mismos como los responsables en resolver los problemas familiares o actuar como mediadores en conflictos entre sus padres.
- Los niños que toman el rol de “tiranos” son aquellos que no reconocen las normas ni los límites y son capaces de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quieren.
- Por último, los “inadvertidos” son niños excesivamente tímidos y callados que no han sido atendidos emocionalmente, por lo que reprimen sus sentimientos y creen que no merecen atención. Su autoestima es tan baja que considera que no son dignos de ser amados.