El vínculo entre madre e hijo se crea desde el primer día de la concepción, puesto que esta unión nunca es planeada ni forzada, simplemente surge de manera espontánea la cual va creciendo con el paso del tiempo. Según investigadores, este vínculo aporta múltiples beneficios para los niños, pues la unión que se establece es primordial para la formación y la educación del infante. Si quieres saber más sigue leyendo los 4 tips que te doy a continuación.
1- El vínculo que se crea con ellos
El papel que tiene la madre en los primeros años de vida del niño es fundamental para su desarrollo, tanto así, que el vínculo que se forma entre la madre y su hijo durante ese periodo afectará directamente a la personalidad y la conducta del pequeño cuando sea grande. Este vínculo se crea desde el momento de la gestación el cual va acrecentando cuando nace el bebé, después en la lactancia y posteriormente en los primeros años de vida, por lo tanto todas la vivencias y relaciones que se establezcan en el primer año de vida serán elementales.
Según el psicólogo Stephen Poulter, autor del libro “El factor madre: cómo el legado emocional de tu madre afecta en tu vida”, explica que la madre proporciona la primera experiencia de amor, pero dependiendo de cómo se dé, puede convertirnos en personas más ansiosas, necesitadas, irascibles o depresivas. Además para el niño la figura materna mostrará el modelo de lo femenino, es por eso que es tan importante que la relación sea emocionalmente sana.
2- El cuidado basado en el amor
Se ha demostrado que cuando el cuidado del niño se basa en el cariño, la compresión, respeto incondicional y la aceptación les ayuda a crecer en un ambiente de confianza, desde ahí que pueden explorar con toda libertad y seguridad todas sus emociones y potencialidades, lo que les servirá de trampolín para desarrollar una etapa adulta plena, exitosa y feliz. Por otro lado, aquellos niños que son menos caprichosos es porque han sido motivados cognitivamente y emocionalmente por sus madres.
- Llega a acuerdos con tu hijo sobre los temas que generalmente son foco de discordia, esto implica negociar, es decir, escuchar, exponer ideas y llegar a un consenso.
- Utiliza siempre el diálogo como estrategia para transmitir mensajes, tu hijo entiende explicaciones e instrucciones y responden muy bien a esta clase de estímulos al estar en continuo aprendizaje.
- Ofrécele tu apoyo como madre empezando desde la confianza que es esencial en los niños para saber cómo reaccionar ante ciertas situaciones.
3- La educación en base al respeto y valores
Educar en valores y respeto es esencial e imprescindible en cualquier etapa de la vida, pero cobra especialmente relevancia en edades más tempranas. Los valores hacen que tu hijo se comporte tomando las decisiones adecuadas sin producir daño a las personas que lo rodea, puedes empezar desarrollando el autoestima, la empatía y la sensibilización en relación con los problemas de los demás e igualdad en un mundo de mujeres y hombres. Es fundamental empezar desde el hogar, no solo a través de cuentos sino de ejemplos tuyos ya que así constituye una figura significativa para el pequeño.
- Sé amable con tu hijo diciéndole palabras como “por favor”, “gracias” y “lo siento”.
- Cuando el pequeño empiece a crecer, es importante que tengas en cuenta sus opiniones.
- Enséñale a expresar sus ideas y deseos de manera asertiva.
- Muéstrale que no está mal llorar, y que tanto hombres como mujeres pueden hacerlo.
- Enséñale a respetar, admirar y enorgullecerse de las mujeres de su familia.
4- El favoritismo afecta la relación entre los hijos
El favoritismo si tienes más hijos puede generar problemas emocionales relacionados con la ansiedad, el asilamiento, síntomas de apatía, agresividad, dar lugar a la parición de la envidia y celos que generan rivalidad y problemas en la relación entre hermanos. Por eso, hay que dejarle en claro a tu hijo varón en caso de tener otra hija por ejemplo, que no tienes favoritos, pues amas que cada uno sea diferente y por lo tanto no tienen que parecerse; dedicar tiempo a cada uno de ellos como realizar actividades favoritas que les guste; establecer las mismas reglas para todos y explicarles cómo mejorar pero sin remarcar sus fallos.