La sandía es una fruta nutritiva, dulce y refrescante, lo que hace que sea una gran adición a la dieta. Es una buena fuente de vitamina C que es esencial para la piel y la función inmunológica, así como tiene cantidades decentes de vitamina B5, vitamina A, cobre y potasio. La sandía también se conoce por ser rica en el aminoácido citrulina y en licopeno, este antioxidante es responsable de su color característico, al igual que en los tomates y otras frutas.
Sin embargo, no se recomienda comprar la sandía cortada, ya que es perjudicial para la salud y más adelante te enseñamos acerca de las razones. Puede que sea muy común encontrar a esta fruta en dicha presentación para no tener que llevar demasiada, pero es preferible buscar una de menor tamaño y comprarla entera o buscar la manera de aprovecharla a través de diferentes recetas. Por ejemplo, ensalada, sorbetes, paletas y postres caseros.
Beneficios de la sandía
El consumo de sandía llevándola entera se ha relacionado con beneficios para la salud, entre los que se destaca favorecer la hidratación, pues tiene un 92% en agua. También se dice que puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer gracias al licopeno, en especial del sistema digestivo. Otros de los posibles beneficios serían mejorar la salud del corazón, la digestión, ayudar a aliviar el dolor muscular, reducir la inflamación y el daño oxidativo.
La sandía es excelente para la piel y el cabello, la vitamina C le ayuda al cuerpo a producir colágeno, esta es una proteína que mantiene la piel flexible y cabello fuerte. La vitamina A también es clave a la hora de tener una piel sana, permitiendo crear y reparar las células. No olvides que sin suficiente vitamina puede verse seca y escamosa.
¿Por qué no comprar la sandía cortada?
Aunque parezca tentadora la idea de llevar solo la mitad o un cuarto de sandía envuelta en film transparente, no deberías hacerlo y ahora te contamos el por qué. Cuando cortas una fruta rompes esa protección natural entre la parte comestible y el ambiente, lo que favorece el crecimiento de los microorganismos que podrían enfermarte.
En realidad, las frutas y las verduras pueden tener en su superficie microorganismos patógenos como Salmonella, Listeria, Escherichia coli. Entonces, si no se lavan antes de cortar, estas pueden pasar al interior, de modo que sea posible sufrir de una intoxicación alimentaria. Para evitar sustos siempre se deben lavar bien los alimentos, ya sea que se consuma con piel o sin ella, así como también se deberían desinfectar las hierbas aromáticas y los brotes.
En cuanto a la fruta que se vende cortada en un estante a temperatura ambiente, de igual manera puede existir una contaminación por parte del operario o de los utensilios de cortado. Una fruta cortada en malas condiciones y al no mantenerse refrigerada, fácilmente favorece el crecimiento de microorganismos. Además, como se trata de un alimento listo para consumir, es poco probable que exista tratamiento posterior para mejorar la higiene.
En conclusión
A la hora de comprar una sandía o fruta similar, lo mejor es elegir una entera, ya que no tienes la certeza de las condiciones de higiene en que fueron cortadas. Si consideras que es demasiada fruta, entonces puedes optar por solo la mitad, pero siempre que se encuentre en la zona de refrigeración y que al llegar a casa laves bajo el grifo.
Recuerda que esto aplica para todas las frutas y verduras, no importa si después tendrás que pelarlas, ya que con el cuchillo probablemente arrastrarás hacia el interior a todos los microorganismos que se encuentren en la piel. Debes tener más cuidado y prevenir, solo de esta forma podrás disfrutar de todas sus bondades tranquilamente.