Estamos en una sociedad en la que nos hemos dejado llevar porque todo entra por los ojos, y a ello nos referimos que todo lo positivo en una persona, se refleja en la apariencia y realmente, nos estamos equivocando. La elegancia y lo valioso, va realmente por dentro, lo que demostremos como personas en nuestra forma de ser pensar y actuar, no en la de vestir.
A veces, medimos la elegancia en las prendas más costosas, de marca, con algunos complementos extravagantes, pero la esencia de lo valioso e invaluable, se llevan la personalidad, en la calidez como persona y en el carisma.
Ser elegante va mucho más allá de dejarnos llevar por la industria de la moda, en la que la que vemos prendas en tendencia o de última colección, y aunque sea un aspecto importante y que además como mujeres nos merecemos, lucir bellas con nuestra apariencia, lo más importante que va por encima de todo, es el valor de nuestra personalidad. Los valores que podemos aplicar en la vida el trato con los demás y la forma de ser, porque esto no se compra con el oro del mundo, ni se encuentra en alguna tienda.
La ropa pasa a un segundo plano
De nada nos sirve llevar puesta las mejores prendas, de etiqueta o de tener en nuestro clóset vestidos bellos, zapatos espectaculares o accesorios y complementos que podemos llevar con nuestro outfit, si no tenemos la empatía, amabilidad y comportamiento adecuado, que es característico de una buena mujer. Todo lo que esté en tu clóset, se queda atrás, si no lo sabes combinar con la elegancia de tu personalidad y el respeto hacia los demás.
No podemos negar que nosotras nos caracterizamos por ser amantes de la moda y querer llevar las mejores prendas, y es válido, para eso fue creado, para lucirlas, para llevar los mejores outfits para todas las ocasiones, porque claramente, eso hace parte de nuestra apariencia física. Pero no te va a lucir muy bien sino sabes llevar amor, paz y amabilidad dentro de ti, es aquí donde la verdadera elegancia quedara por el piso.
Ni todo el dinero del mundo compra la educación
¿Has escuchado esa frase que dice que hay cosas que el dinero no puede comprar y para todo lo demás existe mastercard? Esta es una publicidad que por años estuvo presente en campañas de marketing de una entidad bancaria, ¡Y no se equivocaron! Tus tarjetas de crédito y el dinero que tengas, pueden comprar tu ropa, zapatos accesorios, pero nunca una buena personalidad. Si no tienes una buena forma de ser, te va a espantar a cualquier persona, incluyendo a tu hombre.
Generalmente crecer en medio de lujos, nos da la garantía de tener la capacidad de querer controlar todo y manejar todo nuestro modo, pero finalmente, te vas a dar cuenta que no es así.
Las cosas sencillas de la vida
El simple hecho de saludar, decir buenos días o buenas noches, agradecer siempre o pedir el favor, son palabras mágicas que incluso lo sabe hasta un niño. Estas palabras pueden llegar a conectarte de manera positiva con los demás.
Cosas sencillas que demuestren tu educación y buena persona, te va convertir en una persona empática y se refleja en cosas simples como una sonrisa en el rostro, siempre transmitir buena energía, la tonalidad de la voz que debe ser baja y clara y la forma de actuar, dejando atrás tu bolso de un diseñador muy reconocido o un vestido en tendencia.
La educación nos puede llevar lejos
Ser una mujer educada, te puede traer muchos beneficios. Empezando porque atraigas de gran manera a tu pareja o a tu crush. Por otro lado, puede abrirte puertas enormes, no solo en el ámbito académico sino también laboral. Es allí donde fácilmente se puede reconocer una persona que tiene valores éticos y morales, en su actuar y diario vivir. Además, no sabes en qué momento vas a recurrir a la ayuda de alguien, y por eso es importante que entables buenas relaciones con los demás.
La elegancia de la sencillez y sobriedad
Hemos hablado sobre el concepto de sororidad como un concepto empático entre mujeres, en el que nos apoyamos unas a otras, en situaciones como comportamientos machistas o de discriminación. Por ello, conviértete en una mujer que apoya a otra, que se alegra de lo bueno que le ocurre a otras, así vas a quedar como toda una princesa, porque lo realmente valioso, no depende de una situación económica si no de una en la que puedas ayudar a otra mujer. Finalmente la solidaridad es algo que siempre debe predominar entre todos los seres humanos.