Nadie dijo que ser madre era tarea fácil, la vida no es color rosa y siempre habrán situaciones que nos hagan llorar, desmoronarnos por completo, deprimirnos, sentirnos completamente frágiles y pequeñas, y claro, el hecho de que seamos mamás, no nos hace perfectas, simplemente somos seres humanos, que también sentimos y tenemos derecho a vivir momentos difíciles. De momento vivimos ese instante doloroso y difícil, pero luego nos damos cuenta que a nuestro lado tenemos el ser más valioso del mundo, esa personita que nos da la fortaleza y todo el amor del mundo, que nos llena el alma y el corazón. Nuestros hijos siempre serán el motor de nuestra vida, aun en los momentos difíciles, son la razón por la que queremos seguir adelante.
Incluso se ha visto como algunas madres deben afrontar los lutos más difíciles de su vida ya sea por la pérdida de una hermana, madre, padre, esposo o de un amigo muy allegado, que de alguna manera afecta su salud emocional y psicológica, pero nada que los hijos no puedan ayudar a sobrellevar. Un hijo siempre será la luz de esperanza, la compañía perfecta, el amor mas sincero e incondicional, y sin duda, por ellos vivimos y superamos cualquier adversidad que nos ponga la vida, solo las madres sabemos que es gozar de esa fortuna.
Nuestros hijos sacan nuestra mejor versión
Nuestros hijos son los que nos levantan de la cama, los que no sacan una sonrisa aún estando desmaquilla, con ojeras y despeinadas, son ellos los que nos llevan al restaurante más divertido, a ver una peli con palomitas, a ponernos lindas para salir de paseo o a dar una vuelta, a ir de compras y comer helado, a dar abrazos y besos porque si. Sus ocurrencias llenas de ingenuidad e inocencia, nos hacen reír todo el tiempo, nos alegran la vida y aunque nos llevan la paciencia al límite, también exceden la línea de amor incondicional, siempre haciéndonos sentir importantes y únicas. En los momentos difíciles, son ellos quienes llegan con un abrazo y las palabras mas dulces.
Por otro lado, ellos nos observan detenidamente y cuando menos pensamos, nos sorprenden repitiendo palabras que decimos o acciones, al igual que los gestos. Por esto, es que nos obligan a hacer mejores personas cada día, de manera que ellos sigan nuestros pasos y resulten siendo nuestra mejor versión. Además, siempre heredan Aspecto ya sean físicos o intelectuales de nosotras que mayor razón para sentirnos orgullosas.
Los momentos de debilidad también llegan
Antes de ser mamá somos personas, y todos los seres humanos tenemos sentimientos, en especial nosotras que somos madres, tenemos un corazón muy sensible. Es por esta razón que hay días grises, hay días en los que ni siquiera nos dan ganas de cocinar, los ánimos se desvanecen. Y estas cosas no tienen por qué hacernos sentirnos mal o culpables, incluso en esos mismos días, es posible que no queramos jugar con nuestros hijos, que sólo queremos estar en nuestra habitación, con lágrimas en nuestras mejillas y lo que menos queremos, es que nuestros hijos nos vean en esta situación.
Debemos permitirnos estos momentos, estar tristes, llorando, porque sí necesitamos desahogarnos, Y con el tiempo, a medida que nuestros hijos crecen, ellos van a entender que también necesitan vernos así, en nuestro estado más puro. Ya después, nos limpiaremos las lágrimas, ahora estaremos a nuestros hijos y sabremos que somos fuertes para superar las pruebas de la vida y entender que en nuestros manos está el futuro, porque nuestros hijos nos necesitan.
Amar y ya, siempre nuestro lema
Ni las adversidades y situaciones difíciles de la vida, impedirán demostrar a nuestros hijos cuanto los amamos. El amor a nuestros hijos es el más puro y sincero, aun en esos días donde nos sentimos agobiadas. Nuestros hijos nos ayudan a sacar fuerza de donde no las hay, y con el paso de los días, elegiremos siempre amar a nuestros hijos por encima de todo, disfrutar cada día con ellos, dándoles un beso, un abrazo, recordándoles cuanto a los amamos, no sabemos cuánto tiempo estaremos junto a ellos para apoyarlos y amarlos.
Siempre saldremos adelante
Con o sin la ayuda de los padres de nuestros hijos, nunca miraremos hacia atrás, siempre miraremos hacia adelante con la fuerza necesaria para sacar adelante nuestros hijos. Siempre tendremos un as bajo la manga para cada situación y solas o acompañadas, sin importar las adversidades, una madre tiene la esencia y el espíritu necesario para salir adelante. Somos diosas de la vida, damos vida, somos milagrosas y un hijo no solamente es el motor de nuestra vida, sino también una bendición, un hijo viene cargado amor y buenas vibras. Siempre llegará el momento de tu recompensa, ellos eran grandes, y será allí donde sabrás que todo valió la pena.