Los bebés tienen una piel y organismo muy delicado, por lo que escoger la manta adecuada es una decisión que requiere de atención, así que te dejáremos algunos consejos que pueden facilitarte el proceso, en especial si eres una madre primeriza. Recuerda que tu hijo o hija estará la mayor parte del tiempo envuelto en la manta, ya sea durmiendo, comiendo, de viaje en el asiento del automóvil, incluso pasará el rato en el piso sobre la manta. Por ello, es importante que elijas la mejor para su comodidad y bienestar, como sucederá con el resto de su ropa.
Cómo escoger la mejor manta para tu bebé
1-Tejidos naturales o materiales adecuados
Los bebés suelen desarrollar alergias con gran facilidad, por lo que optar por tejidos naturales como el algodón, puede ayudar en su prevención y cuidar su delicada piel. También asegúrate que no tengan bolas, cintas, flecos, y otras cosas sueltas de las que puedan tirar o meterse en la boca. Evita todas las mantas con agujeros grandes, en donde sus manos o pies tienden a quedarse atrapados, pues la seguridad de tu hijo debe ser lo más importante.
2-Tamaño adecuado
Lo ideal es que los niños queden bien cubiertos, aunque no existe una medida universal o promedio, pues este consejo aplica de manera individual. Cada niño tiene un peso y tamaño diferente al de otros. Mídelo y considera cuál sería la opción perfecta, teniendo en cuenta que lo recomendable es que te permita enrollarlo, pero que no sobre demasiada tela. Ahora, si la manta es corta, no te servirá por mucho tiempo, ya que crecerán con rapidez.
3-Textura
La textura debe ser suave para que los recién nacidos estén muy cómodos, de igual manera que cuide y proteja su piel. También es clave que escojas una manta más ligera, esto se aconseja por precaución, pues las que son muy gruesas y pesadas pueden sofocar al bebé.
En general, una manta debe ser transpirable para que no sude tanto durante la noche, lo suficientemente cálida para que esté cómodo en cualquier condición, aunque en climas muy fríos tendrás que buscar otras opciones, y que por supuesto, no sea tan difícil de lavar.
4-Elige una manta de calidad
Otro aspecto relevante es considerar la calidad a largo plazo, pues esa manta puede convertirse en el objeto favorito de tu hijo. Así que, sería bueno invertir en una que tenga materiales más resistentes y que el color no se destiña, para que logre conservarse mejor con el tiempo.
En cuanto al diseño, existen bastantes estilos que son seguros para el bebé, desde mantas con una parte recta y otra redondeada, solo redondas, rectas o con formas, como las estrellas, lunas, y triángulos. Muchas tienen una explicación o una razón de ser del porqué de su forma.