Creímos que habíamos salido de la etapa más difícil después de los primeros meses de vida, y si tienes esta perspectiva, te equivocas. A medida que van creciendo, van adquiriendo personalidad y carácter y como padres debemos encargarnos que la relación entre padres e hijos sea sólida y fortalecida.
Todos los seres humanos nos caracterizamos por cargar con emociones que varían, frustraciones y chocar incluso con nuestros padres e hijos. Y aunque es muy normal tener discusiones y conflictos, hay un vínculo muy grande y se necesitan uno al otro. Por más niños que sean, están descubriendo el mundo y factores como la televisión, la tecnología o videojuegos pueden influir en él de manera positiva, como negativa.
Claves para jugar con tu hijo y fortalecer la relación
1- Siempre hay reglas
Cosas como enseñarlo a decir las palabras mágicas, gracias, por favor, buenas tardes o buenas noches y hasta pronto, hacen parte de las normas que deben existir en su relación. Explícale que así como él tiene derechos, también tiene deberes, que debe ser un niño obediente dentro de un entorno sano y educativo.
¿Has escuchado cuando dicen que los hijos son el reflejo de sus padres? Pues tiene todo de cierto, si educas a tu hijo en un ambiente con normas, sin irte al extremo de ser psicorrígida o con una educación al mejor estilo militar, pero si basada en respeto, responsabilidad, amor y disciplina.
Las reglas te permitirán establecer la diferencia entre los comportamientos buenos y malos, tu hijo entenderá que los malos no debe hacerlos y los buenos le traerán beneficios en su vida familiar y académica. Además que menos quieres es que tu hogar sea una batalla campal, por ellos las reglas son muy importantes.
2- Siempre hay una negociación.
Después de inconformismos o posibles discusiones, con cabeza fría, habla con tu hijo y proponle un acuerdo. De manera sensata hazle una negociación equitativa, pero por favor, sin chantajes. Tu hijo y tú deben entender que las acciones y deberes se cumplen de manera incondicional.
Sin embargo recuérdale con respeto que la autoridad eres tú, y haz la negociación solo cuando veas todo perdido y que de manera justa tu hijo no quiere ceder por completo, al final habrá empatía y comprensión.
3- Sé su mejor amiga.
Acompáñalos en sus momentos más difíciles, transmítele confianza pero sobretodo amor. Vayan a cine juntos, realicen actividades como pintar, jugar, montar bici y todas aquellas que les permitan conocerse más y afiance la relación. Siempre dile cuanto lo amas, expresa sus sentimientos, hazlo saber, verás como él también te corresponde a ese amor.
Apóyalo en sus momentos de tristeza, ira, desolación y frustración, hay un desborde de emociones que necesitan ser orientadas, y quien mejor que su mamá para hacerlo. En estas situaciones, tú tampoco desesperes, claramente esto solo hará empeorar la situación y podrás llegar a discusiones con tu hijo.
Háblale en tono suave, bajito y sin gritos, si les trasmites tranquilidad y serenidad ellos la van a recibir, empieza tú por el ejemplo.
4- Mantén la calma.
No desesperes en momentos de estrés, ni te desquites con tus hijos, respira hondo, ya verás que ese periodo tan convulso y frustrante, irá pasando, no le digas palabras o tomes acciones contra tus hijos de las que te puedas arrepentir, el tiempo no vuelve y lo hecho ya está hecho.
5- La tecnología nunca será tu reemplazo
Si optaste por comprarle a tu hijo una Tablet o celular para su entretenimiento y diversión, está bien, estamos en la era de la tecnología que avanza de manera impresionante y podemos aprovechar esto para fines académicos y educativos para nuestros hijos. Pero, no pretendas que tu hijo va durar frente a la Tablet o el televisor todo el día, tú debes ser su principal eje de atención y afecto. Dedícale a tu hijo espacios de educación, enseñanza y diversión, ¡Tu hijo te lo va a agradecer!
6- Déjalos crecer.
Los niños constantemente están redescubriendo, puliendo su personalidad y adquiriendo conocimientos para su vida.
¿Conoces la Hiperpaternidad? Es la sobreprotección de los padres sobre tus hijos, permíteles que puedan ser autodependiente, que aunque estas para él, también puede desarrollar habilidades para solucionar sus situaciones. Vas a ver los resultados reflejados en el futuro, no querrás hijos que te pidan ayuda para solucionar situaciones fáciles e incapaces de ser independientes.
7- La comunicación siempre.
No dejes pasar temas importantes, siempre pregúntale a tu hijo por cómo le fue en el colegio, como se siente, si tiene hambre, habla con él de todo lo que ocurre en si día, sé curiosa e inquieta, dentro de sus respuestas podrá salir algo a la luz que te servirá para vela por el bienestar de tu hijo.