Sabemos que la metáfora es una figura retórica de las más usadas, que se basa en una comparación por medio de una realidad o concepto, guardando una relación de semejanza entre dicha comparación. En esta figura, las cualidades de una cosa son figurativamente trasladas a otra, un ejemplo de ello puede ser el siguiente:
“Que sus cabellos son de oro, su frente de campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas..”. Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha.
Una metáfora no es de adorno, simplemente es necesario para que pensemos y reflexionamos sobre nosotras mismas, pero además, sobre el mundo en un concepto muy claro. Esta es una forma de relacionarnos de una manera muy profunda, dejando entrar algunas verdades y lecciones.
Hoy queremos dejarte 7 metáforas, que después de leerlas, vas a agradecer por este artículo, porque vas a crear una perspectiva de la vida mucho más madura y clara y vas a ver como cambias tu forma de pensar en el día a día.
1- Como elefantes
Los antiguos entrenadores de elefantes para entrenar a este animal, ataban una delgada cadena de metal a la pata de un elefante adulto, para luego unir el otro extremo a una estaca, de manera que iba clavada en el suelo.
Resulta que este entrenamiento lo realizaban desde que los animales eran pequeños, cuando el elefante era bebé sus entrenadores recurrían a estos métodos para domesticarlos y ni siquiera con el mayor esfuerzo que hacía el bebé elefante, lograba desatarlo, hasta que él se dio cuenta que era imposible escapar y se resigno. Ya siendo animal adulto, aunque el elefante pese 10 mil libras, iba a intentar arrancar la clavija de madera, que aunque pudiera romperla fácilmente, no lo haría pues mientras creció, este entrenamiento le hizo creer que nunca podría escapar.
Esto nos hace reflexionar, que tal vez un viejo fracaso o algo que nos dijeron cuando éramos más pequeños, nos clavo para siempre, pero solo necesitamos aprender del pasado, estar dispuestos a cambiar y seguir intentándolo para poder liberarnos.
2- La mandarina
Cuando vamos a consumir una mandarina, esperamos que su sabor sea jugoso y que hasta sintamos una sensación de placer al masticar su pulpa y lograr degustar su jugo, pero si la masticas y está un poco más ácida que lo que esperabas, te defrauda porque no es el sabor que esperabas. O si por el contrario su sabor es normal y no tiene nada especial para ti, simplemente te la comes bocado tras bocado y ya, como si nada te hubieras comido.
Una opción no es buena y la otra no es lo necesariamente buena para ti. Siempre estamos en la búsqueda de la perfección y lo mejor, pero vivimos infelices en esta búsqueda y así es como nos sentimos, decepcionados por casi todo, porque casi todo no cumple con nuestras expectativas.
3- En el juego del ajedrez
Cuando jugamos ajedrez, queremos avanzar y avanzar, pero a veces nos damos cuenta que hay que retroceder una o varias casillas para ponernos en posición y poder ganar. Y asimismo funciona en la vida, tal vez estemos destinados a tomar la izquierda o la derecha, e incluso retroceder un poco o dar un paso al costado, para poder lograr el objetivo que buscamos. Y eso no quiere decir que tengamos que darnos por vencidos.
4- El peso del vaso de vidrio
Cuando tomes un vaso y lo pongas en tu brazo, te preguntarás cuánto puede pesar, pero el valor del peso es irrelevante al tiempo que lo puedas cargar. Es decir que entre más tiempo sostengas el vaso, más peso podrías llegar a sentir de manera que te duela el brazo. Ni siquiera es por el peso, sino por el tiempo que lo sostienes. Lo mismo sucede con tus frustraciones, preocupaciones y pensamientos, que si los piensas un poco solo te dará un dolor notable de cabeza, pero mientras piensas días y semanas enteros, vas a ver cómo afecta tu salud.
5- Las flores
Una anciana en su humilde morada, debe recoger agua todos los días para el consumo diario y para ello, tiene un balde roto y otro nuevo y perfecto. El balde roto tiene grietas que filtra casi la mitad del agua, mientras que el otro, puede conservar el agua en totalidad. Un día el balde roto le dijo a la anciana que si tenía que cambiar de balde lo entendía, porque era consciente que perdía el agua todas las mañanas, a lo que la anciana sonrío y le respondió que ella había plantado unas semillas, pero que cada mañana gracias al agua que riega, estás crecieron y se convirtieron en unas bellas flores.
6- Agua alrededor
Imagina que estás en una piscina y estás desesperadamente buscando una superficie o donde agarrarte para salvarte. Tienes dos opciones, una es estresarte, cansarte rápidamente mientras chapoteas sin ningún rumbo, tratando de aferrarte algo que está lejos de ti o dos, hacer una pausa, planificar muy bien lo que vas a hacer y buscar la forma de encontrar una superficie mientras flotas y te relajas. Lo mismo sucede en tu vida, a veces buscamos desesperadamente para aferrarnos a algo que aunque si lo necesitemos, lo hacemos de manera desesperada. Solo necesitas flotar como en el agua, y planificar muy bien lo que necesitas.
7- La mente es igual a un musculo
La mente es como un músculo, necesitas trabajar y fortalecerlo para sacarle el provecho y rendimiento que necesitas a diario, con los desafíos de la vida. Con tu mente puedes controlar todo tu cuerpo. Por ejemplo puedes ir al gimnasio en vez de seguir durmiendo, o puedes levantar la mano para hacer esa pregunta y salir de dudas o leer ese libro que tanto te llama la atención en vez de irte de fiesta. La fuerza es mental se construye en el día a día, a través de las pequeñas cosas que te pueden dar grandes victorias.