Los girasoles son una planta herbácea de la familia de las asteráceas, que es originaria de Centro y Norteamérica. Se destaca por sus múltiples usos, ya sea para elaborar aceites, quizás consumir sus semillas o como decoración. ¿Quieres tener esta linda planta en tu ventana o balcón? Plantar los girasoles en macetas puede ser un proyecto sencillo para ocupar tu tiempo libre. Aquí te enseñamos el paso a paso para que disfrutes de su belleza en casa.
Empieza por comprar las semillas de girasol para cultivarlas, puedes conseguirlas en un vivero o cualquier lugar de jardinería que tengas en la zona donde vives, pero las variedades de menor tamaño son la mejor opción para los recipientes. Recuerda que, aunque puedes conseguir semillas en tiendas de abarrotes, estas son comestibles y no para sembrar. Si tienes una planta de girasol ya desarrollada, coloca las semillas en un recipiente hermético y trata de mantenerlas en el refrigerador. Usa las semillas pronto, ya que es difícil cultivarlas estando muy viejas.
Cómo plantar girasoles
En el momento de elegir la variedad de semillas de girasol fíjate en el empaque. Allí encontrarás información clara sobre la especie, que tipo de girasol es y la altura que puede alcanzar, también puedes pedirle ayuda a alguno de los empleados para que lleves la mejor opción a casa. Así que asesórate bien a la hora de comprar.
Elige tu variedad de girasol
En aquellos girasoles de un solo tallo, crece una flor por semilla. Si deseas conservarlas durante todo el año, deberás replantar cada 10 o 14 días. Además, las variedades de un solo tallo carecen de polen, por lo que no ensucian los espacios. Por otro lado, los girasoles ramificados producen muchas flores en el transcurso de la temporada sin tener que replantearnos y se caracterizan por tener los colores más inusuales, como los púrpuras.
Busca el contenedor del tamaño adecuado
Trata de elegir el tamaño de la maceta de acuerdo a la altura de la flor, así como a la cantidad que deseas en cada recipiente. Por lo general, en los girasoles enanos se usan macetas de 30 a 40 centímetros, mientras que los girasoles gigantes, requieren de un recipiente con una capacidad de al menos 5 galones (20 litros). Recuerda que, si deseas reutilizar un recipiente, este debe estar limpio y estéril. También sería conveniente hacerle orificios de drenaje para evitar que las semillas se pudran. Incluye un plato y colócalo debajo para recoger el agua.
Agrega la tierra y el abono
Elige una tierra que sea de alta calidad y rica en nutrientes, mezclar abono también proporciona el alimento para tus girasoles. La capa superior de un suelo de calidad tendrá el pH entre 5,5 a 7,5 y proporcionará más del 3% de contenido orgánico. No te olvides que toda la información la puedes encontrar en los empaques. Si usas la tierra adecuada, no es necesario otro material de drenaje, como rocas o arena en el fondo de cada contenedor.
Planta tu girasol
Empuja cada semilla a unos 2,5 cm en el suelo y si vas a plantar más de una semilla, permite que estén a una distancia de 10 a 13 cm. También podrías agregar una capa delgada de abono a la parte superior de la tierra después se sembrarlas. El siguiente paso es regar las semillas a diario, pues los girasoles necesitan más agua que la mayoría de plantas a medida que crecen. La tierra de cada maceta debe permanecer húmeda y bien drenada.
Proporciónales a tus girasoles alrededor de 8 litros (2 galones) de agua a la semana, mientras que las semillas van germinando. Si tus girasoles no reciben el agua suficiente, tendrán tallos débiles. Dentro de la semana o unos 10 días, tus semillas empezarán a verse como brotes pequeños, durante este tiempo sigue regando las semillas todos los días. Si las plantas se encuentran en el exterior, cúbrelas con cesta o redes para protegerlas de las aves.
Cuida de tu planta
Aunque los girasoles no necesitan alimentación adicional para que puedan crecer, el uso de un fertilizante hará que los colores de las flores sean intensos. Comienza con un producto líquido con alto contenido en nitrógeno, luego cámbialo por uno con más fósforo cuando la yema empiece a florecer, pero no te excedas en la cantidad.
Recuerda regar tus flores con más frecuencia que otras plantas, revisa el suelo todos los días para cerciorarse que se encuentre húmedo. Es probable que algunas variedades enanas no crezcan tanto como para necesitar apoyo, pero las que alcanzan la altura de un metro o más, se deben anclar en algo para que la cabeza no caiga.
Déjala a la luz solar directa
A medida que la flor crece, necesitará tanta luz solar como sea posible, de esta manera desarrolla tallos gruesos y fuertes, que puedan sostener la cabeza de la flor. Una vez que haya crecido, necesitara cerca de 6 u 8 horas al día de luz solar directa. Si esto no sucede, tu planta se doblará hacia el sol y con el tiempo dañará el tallo.