Cómo padres siempre procuramos que desde la infancia nuestros hijos sienten las bases para ser los mejores y los más exitosos en su adultez, por esa razón desde que son pequeños buscamos que estén en todo tipo de actividades para explotar todo su potencial de modo que al momento de ingresar a la Universidad hagan uso de todas esas herramientas y logren un crecimiento profesional.
Desde pequeños los ingresamos a clases de natación, piano, japonés, gimnasia rítmica y cualquier otra que le ayude a tener su agenda apretada y su mente distraída. Lo hacemos creyendo que eso es lo más benéfico para ellos, en nuestro papel como padres el objetivo principal es procurar por el bienestar y la buena crianza de nuestros pequeños.
Sin embargo, cabe preguntarse si eso es del todo positivo, es importante saber cómo la están pasando los niños frente al hecho de que a pesar de su edad y su inmadures ya manejan una agenda tan rigurosa y organizada. Además, al momento de ingresarlos en otras actividades no tenemos en cuenta sus gustos y sus capacidades, a la larga lo que nos interesa, y esto es un poco egoísta, es que nuestros hijos sean mejores que los de nuestros amigos.
No está mal procurar que nuestros hijos tengan actividades además del colegio y que sientan que siempre estamos para protegerlos, lo que no es tan positivo es ser sobreprotectores con ellos. Como padres creemos que comprarles juguetes especiales, tenerlos en los mejores colegios, darles toda nuestra atención y tiempo los hará los hijos perfectos que queremos. No obstante, no nos detenemos a pensar que ese tipo de sobreprotección puede ser negativa en la medida que los hará sentir súper especiales, hará que crezcan egoístas y miedosos y al momento de interactuar con otros niños y adultos y no obtengan eso, van a desarrollar problemas emocionales e inseguridades.
Ahora bien, en este punto cabe preguntarse si a nuestros hijos les gustan todas esas actividades que les ponemos. Es decir, ¿los hacen felices o solo están tratando de complacernos? Es claro que bajo nuestra presión ellos van a hacer todo lo que les digamos y quizá les vaya bien. Sin embargo, para su futuro los resultados van a ser contraproducentes. En su adultez les va a faltar el pensamiento autónomo y crítico. Lo que ellos necesitan es libertad de tomar sus propias decisiones, que sepan que los apoyamos, eso ayudará a fortalecer su autoestima. Por eso te voy a dar 5 consejos sobre cómo criar a nuestros hijos sin sacrificar su autonomía.
Solo hay una infancia
Debemos darles a nuestros hijos la libertad de que descubran el mundo a través de sus propios medios y su creatividad de modo que puedan aprender de sus errores y a su vez convivan con otros niños. Ir más allá de la nota
Debemos enseñarles a nuestros niños que lo importante de estudiar no son las calificaciones sino la información que logra aprender y entender. Además, debemos tener en cuenta que a la larga la crianza más importante empieza desde casa.
Motivar NO subestimar
No subestimes las habilidades y las capacidades de tu hijo, si él descubre algo que le gusta y lo hace bien, motívalo a que siga desarrollando ese talento, de modo que disfrute el proceso.
No subestimes las habilidades y las capacidades de tu hijo, si él descubre algo que le gusta y lo hace bien, motívalo a que siga desarrollando ese talento, de modo que disfrute el proceso.
No estés siempre con él
Déjalos solos un rato, eso no significa que no los supervises, ni te convierte en un mal padre. El objetivo es que ellos aprendan a confiar en su intuición y decisiones, que aprendan a ver sus equivocaciones y si se enfrentan a un problema puedan resolverlo solos.
Ser amorosos
Podemos demostrarles todo nuestro amor a nuestros hijos a través de abrazos y palabras de validación. Sin embrago, debemos evitar a toda costa que crean que son personas que tienen súper poderes, que son superiores o que vienen de algún otro planeta extraño. El objetivo es hacerlos confiar en sus capacidades sin endiosarlos.