Pronto crecerá, y ese tiempo en el que nos abrazábamos, nos reíamos, nos contábamos nuestros secretos y compartíamos nuestros sueños, no volverá. Nuestra amistad fue muy especial, pasamos momentos inolvidables. Pero las cosas cambian y ahora queremos seguir caminos diferentes.
En la oscuridad de la noche, se escuchan sus pasos. Arrastra un perro de peluche con su pelaje suave, seguro que es el único compañero que le acompaña en sus miedos nocturnos. Sus pasos son lentos, pero decididos, como si quisiera alejarse de sus temores. Abre sigilosamente la puerta de la hábitación principal, y con cuidado abre espacio para acostarse cerca a mi.
Su aliento suave y su cabello liso me rozan la piel y me recuerdan la fragilidad de la vida. Poco a poco su cuerpo se entibia con el mío y mi corazón se llena de amor. Mi hijo, una vez más, viene a mi lado y me dice “mami, quiero estar contigo”. Sus palabras me llenan de felicidad y su sonrisa ilumina la habitación. Me abraza con fuerza y yo le devuelvo el abrazo.
Nacemos débiles, y nuestra madre siempre es nuestro primer lugar seguro. ¿Por qué queremos que los niños se separen de sus padres cuando aún no están preparados? La autonomía e independencia de los niños es gradual, y de esto quiero hablar contigo hoy, de madre a madre.
Mi hijo a veces extraña a su madre, lo cual es normal. Esto es una llamada de la naturaleza, un instinto de supervivencia. Los niños buscan seguridad y contención al volver a su base con su madre.
No es un capricho, ¡Necesita de ti!
Apenas ha comenzado el jardín infantil; es una etapa emocionante para lai familia. Es tu bebé, y cada día que pasa se te escurre en las manos. Es increíble ver cómo crece sin pedir permiso. Esta etapa es una mezcla de emociones, con la alegría de verlo crecer y disfrutar de la vida, pero también con la tristeza de saber que cada vez está más lejos de tu lado. Eres afortunada de poder compartir sus primeros pasos en este mundo, y espero que el disfrute al máximo esta nueva y maravillosa etapa.
En algunas ocasiones lo ves osado y atrevido, y en otras es un pollito mojado que viene a guarecerse bajo tu ala. Y ahí debes estar, para ayudarlo a crecer, sin presiones, con confianza y con respeto.
Sí, tu hijo a veces tiene “mamitis”. Esto significa que a veces se aferra a tí en exceso, llamándote constantemente o tratando de evitar que te alejes de él. Y eso está bien. Los niños quieren estar junto a su madre porque es un llamado de la naturaleza, es el instinto de supervivencia hablando en simples actos; es el curso de la vida. Esta necesidad de protección y seguridad que sienten los niños es normal y lo entendemos como padres. Por eso es importante hacerles saber que siempre estamos ahí para ellos, que los amamos y que nos preocupamos por su bien.
¿Es normal que a tu hijo le de mamitis?
Un niño de un año aproximadamente desarrolla un sentimiento de separación cuando su madre se aleja de su campo visual y, como resultado, puede sentirse inseguro y temeroso. Esta separación, aunque temporal, es difícil para el bebé de este edad, ya que todavía no tiene la habilidad para comprender que su madre volverá. Esto puede causar mucha ansiedad en el niño, lo que puede provocar llanto o un comportamiento agitado.
Es lógico, pues se encuentra en plena etapa de la llamada ansiedad de separación, la cual es un periodo en el que el niño se siente inseguro al separarse de sus padres y su entorno familiar. Esta etapa puede durar desde la primera infancia hasta los primeros años de la escuela primaria, según el temperamento del niño y sus padres. Durante este periodo, los padres deben intentar tranquilizar al pequeño al momento de separarse, para que entienda que regresará a su lado pronto. Esta etapa es fundamental para el desarrollo emocional del niño,
Cuando el niño va creciendo, es normal los llantos, rabietas y berrinches para que mamá se quede a su lado, disminuyan. Sin embargo, esto no significa que el niño no sienta la necesidad de una presencia maternal. Es importante prestar atención a estas señales y tratar de entender cual es la necesidad real. Esto puede significar que el niño necesite tiempo para estar a solas con su madre, para que puedan pasar tiempo juntos y desarrollar una relación más profunda. Es importante abordar estas situaciones con paciencia y comprensión, para que el niño se sienta apoyado y seguro.
Los niños necesitan desprenderse poco a poco de sus padres para lograr autonomía e independencia.
Como padres es nuestra responsabilidad presentarnos como una figura segura para que ellos se sientan cómodos en hacer el proceso de separación. Esto significa que debemos proporcionarles seguridad emocional, apoyo y amor, para que sepan que siempre estamos allí para ellos, y que puedan aceptar el cambio. A medida que los niños crecen y desarrollan sus habilidades para la toma de decisiones, debemos ayudarlos a desarrollar una mentalidad independiente. Esto significa permitirles tomar sus propias decisiones y se equivoquen.
Me quedé mirando cómo mi hija se iba acercando al bus escolar, con el morral colgado de sus hombros, y sentí cómo se me estrujaba el corazón. Esta era la primera vez que se subía a un bus para ir al colegio, y aunque sabía que estaría bien, me sentí un poco insegura. Ella me miró, sonrió y me dijo que todo estaría bien. El conductor abrió la puerta del bus y ella se subió. Me quedé allí con el corazón acelerado por unos minutos mientras el bus se alejaba, hasta que finalmente desapareció.
Como mamá, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tus hijos a crecer y desarrollarse.
Primero, puedes asegurarte de proporcionarles un entorno seguro y amoroso para que se sientan protegidos. Haz que se sientan queridos y apoyados en todas sus actividades, especialmente en el ámbito educativo. Estimúlalos a realizar actividades que les permitan desarrollar sus habilidades y conocimientos. Proporciona una dieta equilibrada y práctica ejercicio con ellos. Procura pasar tiempo con ellos para que puedan compartir sus experiencias, alegrías y preocupacion.