La dieta mediterránea, es un hábito o modelo alimentario saludable, la cual enfatiza en los métodos culinarios tradicionales del Mediterráneo. Tuvo su auge en la década de los 50 y 60, donde los ojos de Estados Unidos y el norte de Europa, observaban. Que en efecto, las enfermedades coronarias causaban. Menor número de muertes en los países mediterráneos, en relación, a sus cifras nacionales.
La dieta mediterránea; Es reconocida, por la Organización Mundial de la Salud, como sana y sostenible. Investigaciones, en nutrición, han demostrado, que las dietas que mejor se adaptan al objetivo saludable; Son las que se fundamentan, en verduras, frutos secos, cereales frutas, hortalizas, leguminosas y aceite de oliva y el uso moderado de alimentos de origen animal; En otras palabras, una dieta cuyo principio es, de origen vegetal. Este plan alimenticio es uno de los más provechosos que existen, pues, asegura un aporte calórico y nutricional suficiente; A través de, patrones alimentarios variados y balanceados y su pilar se basa, en alimentos de origen vegetal.
Beneficios
Muchos estudios epidemiológicos, ha dado resultados positivos, en la mitigación de la mortalidad en general, especialmente le atribuyen, efectos protectores en relación a enfermedades cardiovasculares, obesidad, síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo dos, algunos tumores, enfermedades neurodegenerativas y patologías relacionadas al estrés oxidativo.
1-Cardioprotector
El efecto cardio protector de la dieta mediterránea, fue considerada por el nutricionista, Ancel keys, su estudio relacional con 7 países, notó las cifras de mortalidad por afecciones cardiovasculares, visiblemente menores en países mediterráneos; En especial en Grecia y la isla de Creta; en relación a EE UU y el norte de Europa.
La protección al sistema cardiovascular; Puede atribuirse, en parte, a la ingesta de omega 3. Estudios, demuestran que los ácidos grasos del omega 3 previene la fibrilación auricular y las arritmias ventriculares, este producto antiarrítmico, puede representar una mitigación en la muerte súbita por infarto miocárdico agudo; Además, este óleo, posee propiedades antitrombóticas y antiinflamatorias.
2-Hepatoprotector, neuro protector, anti trombótico y antioxidante
Un principio activo positivo y clave en la dieta mediterránea; Se debe al uso del aceite de oliva, siendo este, fundamento de grasa para el consumo en la cocina. El óleo de oliva extra virgen, tiene resultados protectores para el tejido del hígado, contra el daño originado por el estrés oxidativo.
Po otra parte, los ácidos que componen el aceite de oliva, revelan un resultado neuro protector contra los depósitos de placa de péptido amiloide B; Dicho en palabras simples, proteínas de alzhéimer en el cerebro, producto por el estrés oxidativo. Siendo clave, en la aparición de esta enfermedad y de otras enfermedades neurodegenerativas.
A su vez, este óleo posee efectos antitrombóticos y antioxidantes, disminuyendo el riesgo de trombo cardio vascular y combatiendo los radicales libres.
3-Antiinflamatorio antimicrobiano
El plan alimentario del mediterráneo, es muy bondadoso para la salud, y en gran medida es debido al, aceite de oliva; El cual, es uno de sus ingredientes más importantes, gracias a la vitamina E y a sus ácidos grasos saludables, dentro de sus bondades está, el efecto antiinflamatorio, causado, en especial, a una molécula llamada oleocanthal, la cual es la que provoca el sabor amargo y acidez al ingerirse. Pero más allá, de brindar estas sensaciones gustativas; Un estudio publicado en el 2005 en la revista Nature, llevado a cabo por el doctor Gary Beauchamp, afirmó, a la molécula oleocanthal, como un agente antinflamatorio polifenólico natural; Dado que, dentro del estudio, realizó comparaciones con el medicamento Ibuprofeno; Si bien, sus estructuras son diferentes, sus funciones para combatir la inflamación, son similares. Aunque sin las consecuencias secundarias del fármaco.
Igualmente, Investigadores de la universidad de Granada en España, encontraron propiedades antibacterianas en los ácidos oleanólico y el ácido maslínico, que componen el óleo de oliva. Esta acción antibacteriana se da sobre la bacteria Staphylococcus aureus.