La Corona de Cristo, también conocida como Corona de Espinas, es una planta suculenta de crecimiento arbustivo y de fácil cultivo. Tiene ramas espigadas y gordas, hojas verdes y ovaladas, y flores vistosas de color rojo. Este tipo de planta es muy atractiva para adornar los jardines, las terrazas, los balcones, e incluso el interior de un hogar. Si quieres aprender más acerca de cómo cuidar la planta Corona de Cristo, lee a continuación los 7 cuidados que debes tener para que florezca todo el tiempo.
7 cuidados que debes tener con tu “corona de cristo”
1- Iluminación
La Corona de Cristo florece mucho mejor en lugares a pleno sol, aunque puede crecer sin problemas en interiores bien iluminados. Esta planta se desarrolla y produce más flores si se encuentra expuesta al sol, incluso en climas cálidos. El sol directo es imprescindible en la floración.
Ten cuidado con los cambios de lugares, pues existe la posibilidad de que si se cultiva en interiores y luego se traslada a un lugar más soleado, algunas hojas sufran quemaduras por la falta de costumbre. Sin embargo, en unos pocos días o semanas la planta se habrá adaptado sin ningún problema y se recuperará rápidamente.
2- Clima y temperatura
Esta planta es originaria de un hábitat tropical, por lo tanto no soporta las temperaturas bajas ni los veranos excepcionalmente calurosos y secos. La Corona de Cristo debe mantenerse idealmente en temperaturas de entre los 20 ºC y los 35 ºC.
Durante los inviernos, para evitar que muera no hay que someterla a temperaturas por debajo de los 5 ºC. En esta época es aconsejable que le busques un lugar iluminado dentro de la casa hasta que finalice el invierno.
3- Sustrato
Más que el sustrato, debes cuidar el drenaje para mantener en buen estado a la Corona de Cristo. No exige un suelo especialmente rico en nutrientes, pero sí un sustrato que no retenga el agua ni la humedad durante mucho tiempo. Es necesario que el drenaje sea perfecto, ya que no tolera la humedad prolongada, esto provoca que se le pudran las raíces y las plantas en general.
Se aconseja buscar una zona donde el agua no se estanque durante el riego y, preferiblemente, mezclar turba y arena de río o fibra de coco, para aligerar y mejorar la capacidad de drenaje. Un poco de vermiculita y perlita también ayudará.
4- Fertilizante
La Corona de Cristo no necesita mucha fertilización. Basta con una dosis ocasional de fertilizante diluido para ayudar en la producción de flores. Eso sí, escoge un fertilizante sin boro ya que la planta reacciona de manera sensible hacia este micronutriente.
Debes cuidar la cantidad de fertilizante que le suministras a la planta, debido a los diferentes efectos que puede provocar en ella. Por ejemplo, si administras fertilizante a menudo, fomentará una mejor florecida, sin embargo, demasiado fertilizante puede hacer que la planta no florezca en absoluto.
5- Riego
La Corona de Cristo es una especie muy rústica por su alta resistencia a la sequía. Puede soportar temporadas sin riego y sobrevivir meses sin agua. Por tal razón, al momento de regar, estos deben ser profundos y, preferiblemente, con agua de lluvia.
Riega siempre que el sustrato esté completamente seco. Aplica un riego abundante, sin llegar a encharcarla. Si se encuentra dentro de una maceta, asegúrate de que esta tenga agujeros de drenaje. En invierno, tómate más tiempo entre riego y riego, especialmente si la temperatura es baja, ya que la humedad en la tierra puede hacerle muchísimo daño en conjunto con el frío.
6- Poda
La planta no requiere poda, pero puedes podar ligeramente durante el verano, y en otoño, puedes retirar las hojas marchitas para estimular el nuevo crecimiento. También es bueno eliminar las hojas y las flores muertas.
Para la poda, esteriliza las herramientas y corta las partes que hayan crecido demasiado. Usa guantes y ten cuidado con las espinas y su látex. Usar gafas de seguridad también te puede ahorrar molestias.
7- Enfermedades y plagas
La Corona de Cristo es resistente y rara vez padece de enfermedades o plagas. Sin embargo, si las mantienes en el interior, es probable que pueda tener problemas con ácaros y cochinillas.
La única patología de preocupación es la pudrición por exceso de humedad. Aparte de eso, hay que tener en cuenta que contiene látex tóxico en el interior de los tallos y las espinas son escudos protectores contra las plagas y los animales herbívoros.