El romero es una planta medicinal y aromática muy popular en la cocina, la salud y la belleza. Tiene muchas utilidades, por ejemplo puede usarse para hacer champú casero, o aceites esenciales. Si deseas aprovechar todos los beneficios del romero, pero no tienes un huerto o jardín, te enseñamos a multiplicar esta hierba aromática en agua.
Paso 1.
Lo primero es escoger un esqueje que sea fuerte, joven y sano.Busca aquel que no tenga hojas amarillas y que de preferencia haya nacido este año.
Paso 2.
Corta el esqueje seleccionado. Con ayuda de unas tijeras, realiza un corte en diagonal de la rama de 15 cm.
Paso 3.
Coloca la rama corta en un florero o vaso con agua. Deja el recipiente con la planta cerca de una ventana en una zona no muy fría de la casa. Deberás cambiar el agua de la planta por lo menos una vez a la semana y si puedes, agrégale vitaminas. Si durante el proceso el agua se evapora, debes agregar más.
Transcurrida una semana, la rama va a empezar a crecer. Después de 3 semanas, el romero comenzará a enraizar y estará listo para plantarlo.
Paso 4.
Ahora toca plantar el romero en una maceta. Lo preferible es que sea de 10 a 15 cm de profundidad. Coloca tierra y abono, y realiza un agujero en el centro para la rama. Durante la primera semana debes regarla cada dos días. El romero es una planta que no requiere demasiada humedad, pero debes cuidar que no se seque, pues esto es un indicativo de que no tiene un buen crecimiento hacia abajo.
Cuidados de una planta de romero.
1-Luz.
El romero necesita recibir luz natural directa. Es una hierba que requiere de mucho sol y luz para sobrevivir. Sin embargo, en épocas de mucho calor y sol fuerte, debemos reservarlas en la sombra por un tiempo para que las hojas no se quemen por la exposición al sol. Por otro lado, en épocas de frío hay que buscar un lugar con más luz natural posible.
2-Temperatura
La temperatura adecuada para cultivar una planta de romero es un clima templado y cálido. Puede adaptarse a temperaturas frías y a las calurosas, pero no soporta bien las granizadas, heladas y bajadas de temperatura bruscas, así como tampoco las zonas donde el sol calienta en exceso.